
El arte de la restauración
Restauración, la preservación del legado
Para preservar cuidadosamente un legado que se remonta a 1755 y perpetuar el ritmo de un movimiento a veces centenario, Vacheron Constantin ofrece a sus clientes un exclusivo servicio de restauración y la oportunidad de transmitir el reloj de generación en generación.

Un saber hacer exclusivo y atemporal
En la Casa, doce relojeros se dedican a la restauración y están comprometidos en perpetuar el saber hacer que se remonta a un par de siglos o varias décadas. Este arte se basa en mantener el funcionamiento y la estética del reloj de manera similar a su estado original. Para ello, tratan de mantener sus componentes originales siempre que sea posible: rotos, desgastados o corroídos, todos se adaptan o fabrican de forma idéntica, según las tradiciones y exigencias de la marca. El otro aspecto de la restauración consiste en mantener el legado de los relojes de Vacheron Constantin y preservar el patrimonio excepcional de la Casa.
En el corazón de los archivos de la Casa
Llegados de todos los rincones del mundo, todos los relojes antiguos pasan primero por las manos de nuestros especialistas en patrimonio para verificar su autenticidad. Este trabajo de especialista se hace posible a través de una meticulosa búsqueda en los archivos de la Casa para determinar con precisión el estado original del reloj, que se debe reproducir con exactitud.
Tras este paso fundamental, los relojeros evalúan el alcance del trabajo que se debe realizar y elaboran un presupuesto para la restauración. Una vez aceptado el presupuesto, inician la búsqueda de los componentes de reemplazo en los almacenes de la Manufactura, y, en caso de que no haya habido éxito, el componente defectuoso se diseña de nuevo de manera idéntica. Para ello, el Taller también puede contar con la ayuda de los maestros joyeros, guillocheurs y engastadores de la Casa.

«Una mirada al pasado puede ayudarnos a entender mejor quiénes somos»

El desafío de revivir la excelencia
En el taller de Restauración hay limitaciones inevitables: trabajar con los materiales de la época, reproducir los acabados de la época y, todo ello, con las máquinas y herramientas de la época. Aunque contamos con un taller equipado con máquinas de última generación, algunos trabajos solo pueden realizarse utilizando herramientas del siglo XIX, como el cincel fijo o la máquina para redondear. Estas máquinas son indispensables y están totalmente adaptadas al trabajo de restauración. Entre los relojeros encargados de la restauración, dos están especializados en el pivotaje y el ajuste, dos detalles específicos que requieren la máxima precisión y destreza para dar una nueva vida a los relojes que pasan por sus manos.

18 relojes que datan de finales del siglo XIX hasta el último tercio del siglo XX. Completamente autentificados, restaurados y con garantía de dos años de la Casa. Sígalos alrededor del mundo.
Descubra nuestros talleres
La Restauración, una actividad de gran valor añadido, se lleva a cabo exclusivamente en la Manufactura de Ginebra. Como tal, tres talleres están dedicados a los tesoros más preciados creados por la Casa desde el siglo XVIII. Dos de ellos son responsables de la reparación de piezas llevadas por sus propietarios: uno para los relojes con complicaciones recientes y otro para piezas de cualquier tipo fechadas entre 1930 y 1980, aproximadamente. El tercer taller lleva a cabo restauraciones de los relojes de mayor antigüedad, modelos únicos que pertenecen a particulares o que se han preservado como legado de la Casa. Cada restauración es un caso único y requiere una atención especial, razón por la que este trabajo suele durar varios meses, aunque el resultado final es sorprendente y supera cualquier expectativa.


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